Remembrando

Tardes de dulce pan me llegan con el pensamiento, pintorescos paisajes van naciendo de nostalgias de vidas pasadas;

Rostros humanos convergen en este retroceso, vidas entrelazadas por el amar.

Pueblos que ocultos en las neblinas de dulce algodón, forrados de verdes praderas, encantadas con el despertar de cada existencia, van embelleciendo y llenando de vitalidad esta, “mi añoranza”.

Mirando siempre a la lejanía, me parece descubrirte y me doy cuenta que la distancia ya no es mas tristeza sino solo es como nubes negras que desaparecerán con el primer rayo de luz atravesando el cielo en este verano caluroso.

Como olvidarte, si el recuerdo de todo lo vivido esta aquí sentado conmigo, murmurando aquella, nuestra canción, que cada vez te trae mas y mas tan real a mi.

Una suave brisa recorre todo mi ser y voy sintiendo como un travieso escalofrió nace dentro y fuera de mi alma; “si pareciera que tan solo fue ayer cuando vi por última ves tus calles llenas de polvo, llenas de humanidad.

Creo tocarte y cerrar este espacio, que no es otra cosa que la memoria resistiendo a no morir, a no aceptar esto, a no dejar de ser sin ti.

Valles de hermosas hondonadas crecen en esta imaginación, y bellas montañas se erguen con majestuosidad como invitando a perderse en sus praderas de hermosas flores de rojo carmín.

Margaritas, claveles y san rafaeles cantan mi hermosa canción que va volando en alas del viento, como queriendo impregnar parte de mi espíritu moribundo por el pensar, el añorar y el extrañar.