Preámbulo de una despedida


No podría amarte,
el corazón palpita sin ritmo
y la vida se torna gris a tu lado.
No puedo mentirte, me hiere verte sufrir,
Pero volver, no podría.
Gracias por el amor,
por los momentos que reímos,
por los que lloraste y por los que llore.
Gracias por los regaños,
dieron fuerza al espíritu.
Con el olvido en piel, esta mañana,
tristura en el camino.
A paso lento en la memoria,
recuerdos de buenos y malos momentos,
desaparecerán, tras mis pisadas.