En la libertad de la noche,
le deje fecundar mi universo,
Sin preámbulos ni pudor sus manos
recorren mi sexo,
Su
entrega es salina a mi gusto,
Embriago voy de su amor.
En aras al tiempo, baila mis pupilas,
Tembloroso es su respirar, uno a uno sucúmbanla las torres
Y voy como animal herido,
Pidiendo que me posea,
En continuidad al infinito.
La razón ha desaparecido,
El cosmos torna azules, nacen planetas
de sus manos,
Después de llover dentro de mi templo,
la vida despierta
De su más grande entrega.
La fuente que brota de su éxtasis.
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